Al compás del ‘Laudato si’

Cuentan que Jorge María Bergoglio es un enfervorecido hincha de San Lorenzo. También que está del lado de los pobres. Futbolero marxista, pues, ensalzado por el merchandising papal. Su retórica anticapitalista, abrazada al cuidado de la casa común, despierta tantas ampollas como pasiones. «El Papa y yo estamos en la misma barricada». La pasión hecha titular. Entre Gramsci y Laclau, se soltó Pablo Iglesias para Vanity Fair allá por el ya lejano febrero del 2015. Ironías de la política circense. Las ampollas… dejemos volar la imaginación. Eso sí, no me veo a ningún gerifalte empresarial roto en el llanto. Ratzinger y el ala retrógrada sí andarán un tanto escocidos con el primer papa americano de la historia. Cuestiones de evangelismo.

Lejos de todo esto, en el terreno de la ficción, maldice el cardenal Voiello a su Napoli. Con el Pipita no basta. Los dolores de cabeza le aumentan sin cesar: confiaba en que Lenny Belardo, huérfano estadounidense, fuera un dócil papa. Craso error. Poco menos que un desequilibrado atesora el mando dentro del bando católico. Oscurantismo para el siglo XXI. Se aleja de la exhibición, de las masas. Súbitamente, la Capilla Sixtina pierde visitas. Los ingresos no acompañan: hasta en el Vaticano se sienten los estragos de la crisis. A Pío XIII le importan un rábano las cuestiones materialistas. Eso sí, abracémonos al libre mercado: Coca Cola Cherry Light para desayunar. 

Paolo Sorrentino golpea enérgico al saco. Fatigas aparte, disfruta como un chiquillo con los secretos de confesión. La homofobia de Belardo no arruga a Javier Cámara, alcohólico desangelado. El caso Kurtwell agita las mareas en Queens: la pederastia en el disparadero. La concatenación de golpes maestros convierte al espectador en paciente: el síndrome Stendhal, alerta el doctor. No hay viaje. Tampoco estamos en Florencia. Pero te han subido las pulsaciones. No caben todos aquí, si bien Sister Mary merece una mención especial. Sonríen Woody Allen y Francis Ford Coppola… ¡ay Diane! Ahora bien, ni esta ni el guaperas de Jude Law logran eclipsar al tapado de la narración: André Dussolier. Palabras mayores.    

Al compás del ‘Laudato si’